Una seria debilidad en el estándar WPA2 utilizado para asegurar las redes Wi-Fi podría ser aprovechado para robar datos a medida que viajan entre dispositivos inalámbricos y dichas redes Wi-Fi. El exploit de prueba de concepto ha sido bautizado como Key Reinstallation Attack, o KRACK. Los investigadores belgas que descubrieron el problema y desarrollaron el exploit escriben que «dependiendo de la configuración de la red, también es posible inyectar y manipular datos». En Noviembre se presentará un documento de investigación sobre el tema en la Computer and Communications Security Conference.